poema Código de iot

Comentarios literarios

domingo, julio 14, 2024

Poema del libro Nínive-Carne de lobos-

 

Cerrar los párpados

 

Cerrar para no ver

cerrar los párpados

para olvidar olvidando -olvidar-

para no ver

la bocanada de furia azotar la cama

el techo y las puertas

 

Cerrar los párpados

tapados los oídos

para evitar el rugido del león

 

Cerrar los puños para contener

el tajo que sangra el

cuchillo que hipnotiza

la piedra que lanzan

 

Un guijarro arroja su amenaza en la nuca

esparce cráneos -pedazos putrefactos-

por la avenida pixelada

por las casas, las techumbres y las vallas.

 

Las voces se unen en gritos

-nadie escucha-

 

País de ciegos país de sordos.

La borrachera absurda del estado

es tren sin freno

horca que azuza.

 

Cerrar los párpados para evitar

sus garras en el cuello

Permanecer inerte

con la cabeza hacia abajo

los brazos colgando

 

Para no ver

no sentir la ardiente mordedura

en las carnes arrebatadas

en la piel agujereada y los cabellos que arrancaron

en medio de mala hierba y hiedras verticales

compuestas tan arregladitas

como la amenaza

en los muros.

Cerrar

para no ver los muros de impudicia.

 

 

 

NÍNIVE -Carne de lobos-

 

Sitiada

 

En calles estrechas de pulpa sangrante

la ciudad de mi infancia marchita en

rudos golpes

es un campo abierto huerta minada

socava hombres mujeres

en llantos de niños muertos

corroen lamentos

cuerpos

de mujeres

 

Todo ocurre en segundos

se ha extraviado el control 

la adolescencia se extingue

-en el estallido del disparo-

 

Crepitan los árboles las flores se apagan

las lágrimas cruzan las calzadas

Se escucha un grito en desespero

un vestido se rasga

un sombrero cae

las rodillas se desploman.

 

Ninguno está a salvo

Territorio de nadie

espuma verdinegra

-en bocanadas corta aliento-

como un soplo la tregua se marcha

las calaveras ríen y una madre empuña

sus manos con bravura

la ciudad de mi infancia traza

en el pecho su angustia.

Horada ansiedad

sin anuncios

ni testigos.

 


POEMAS



 

Comentarios

No hay necesidad de templos, no hay necesidad de filosofías complicadas. Nuestro propio cerebro, nuestro propio corazón, es nuestro templo. Mi filosofía es la bondad. Dalai Lama

seres humanos

Los seres humanos no nacen
para siempre el día en que sus
madres los alumbran,
sino que la vida los obliga
a parirse a sí mismos una y otra vez.

Gabriel García Márquez (1927-?)